En esto del indicativo y el subjuntivo y la declaración y no declaración parece haber un ancho espacio para el malentendido, incluso en casos de un grado de simplicidad estupefaciente, como dejé ilustrado aquí. Y además se podría decir que esta cosa de explicar las formas con un solo significado es muy difícil para los estudiantes, que ellos no están interesados en pensar tanto o que los casos que ellos manejan son más simples y no necesitan de tanta parafernalia lógica. Y puede que se tenga razón, quizá, en general, pero siempre hay el estudiante concreto que te asombra con su pregunta y te paraliza y te preocupa y te hace llegar a conclusiones nunca deseadas, pero inevitables a veces: “Pues mira, sí, esto es posible y esto también pero esto no, es así porque sí y no te puedo explicar las diferencias y mucho menos decirte cuál es la lógica que tienes que seguir para reproducir estos diversos significados o evitar los errores”.

Todos, en algún momento, hemos llegado aquí, y yo, como todos, he tratado de salir lo mejor que he podido del atolladero en cada caso. Hoy voy a intentarlo una vez más, esta vez, tengo que confesarlo, ante una de las preguntas más difíciles que me han hecho sobre el modo en español, en este comentario. Y me la ha hecho un estudiante, como contraintuitivamente era de esperar, y un estudiante con un perfil muy particular, por cierto: Nick Nintel, un patólogo de Nebraska que aprendió español de manera autodidacta. A Nick pongo por testigo, pues, de que alguien podría preguntar esto, y de que mal puede hacer pensar en una respuesta, y lo hago al objeto de conjurar el peligro cierto de que alguien me acuse de dedicarme a explicar sutilezas inútiles en la enseñanza. Y también para solicitar comprensión si mi modo de explicarlo no convence al auditorio o al propio Nick, quien plantea su cuestión así:

Es común escuchar “Haré lo que pueda hacer”, pero “Veré lo que puedo hacer”. En ambos casos no estoy seguro y no he identificado lo que puedo hacer.

Y, sin embargo, en un caso es indicativo y en el otro subjuntivo. Sí.

Siendo intelectualmente honestos: si la teoría es correcta, “lo que puedo hacer”, con indicativo, representa una cosa identificada, mientras que “lo que pueda hacer”, con subjuntivo, remite a una cosa no identificada. Por tanto, si la teoría es correcta, hay que entender que en “Veré lo que puedo hacer”, con indicativo, el hablante sí tiene identificado lo que puede hacer, a diferencia de “Haré lo que pueda hacer”, con subjuntivo, donde el hablante no lo identifica. Si ambos casos resultan ser, por el contrario, idénticos en cuanto a identificación (si la cosa que puede hacer no está identificada en ninguno de ellos), como reclama Nick, entonces habrá que rendirse y concluir que la teoría no funciona y que la identificación no es el sentido en que se interpreta el modo en cláusulas relativas.

Sé que puede parecer extraño a primera vista porque a mí también me confundió en un primer momento, pero los argumentos que siguen demuestran, en mi opinión, que la teoría no resulta falsada por este caso. En otras palabras, que en “Veré lo que puedo hacer”, lo que puedo hacer se formula el indicativo porque sí está identificado. Entendiendo bien, eso sí, la diferencia entre identificación física (en el mundo), e identificación lingüística (en el contexto), porque un malentendido aquí impediría cualquier explicación.

 

QUÉ SIGNIFICA “IDENTIFICADO” AQUÍ

Recordaré que en lo que llamé aquí “matrices especificativas” y desarrollé un en diversos sentidos aquí (básicamente cláusulas relativas, pero también algunas de las clásicas adverbiales), el significado de declaración deriva en el efecto de identificación/no-identificación de las entidades en cuestión (objetos, personas, lugares, momentos, etc). Por ejemplo:

  • 1. Tengo una gatilla que canta (gata identificada: la gata que yo tengo, y no una gata cualquiera)
  • 2. Busco una gatilla que cante (gata no identificada: cualquier gata con esa cualidad, no importa cuál)

Pero que la gata esté identificada lingüísticamente no significa que el hablante sepa su nombre o que la conozca personalmente. Aunque esta es una circunstancia frecuente, la identificación se da igualmente sin tener ningún dato de ella más que los que sirvan para identificarla como única. Por ejemplo, tanto en el enunciado 3 como 4, el hablante no conoce a la gata, no sabe el nombre de la gata y nunca ha visto a la gata de la que habla. Sin embargo, no se usa el subjuntivo”cantara” en 3 porque no la “conozca”, en este sentido físico, sino porque la presenta formalmente (quería conseguir…) como una simple opción de gata cantante entre todas las gatas posibles con esa cualidad. Sin embargo, tanto en el “cantaba” de 3 como en el “canta” de 4, a pesar de no conocerla tampoco en el mundo real, usa el indicativo porque la gata está perfectamente identificada en su unicidad como la-gata-que-tenía-su-amiga, o como esa-gata-precisa-que-le-regalaron-a-su mujer-y-que-su-mujer-tiene-en-casa, y no cualquier gata con esa cualidad que pudiera existir.

  • 3. Yo quería conseguir una gata que cantara, porque una amiga mía tenía una que cantaba.
  • 4. Finalmente tengo una gata que canta. Se la regalaron a mi mujer ayer. Estoy deseando verla.

Con esto claro, vamos a practicar algunas pruebas al cuerpo del delito al azar, a ver si con alguna nos parece que la cosa se ilumina, y vamos a intentar después un ejercicio de decisión práctica, algo así como una serie de ejemplos autoconstruidos y autoexplicados. Con una ventaja de navegación que me alivia mucho poder ofrecer: cualquiera que no esté de humor para cháchara puede sobrevolar las anchas praderas del texto y aterrizar directamente en la cosa práctica. Con un poco de suerte, bastará para iluminar el fenómeno.

 

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PRIMERA PRUEBA: DIFERENTES ENTIDADES

¿Son las dos entidades (“lo que puedo/pueda hacer”) iguales, o diferentes?  Llama la atención, aplicando la lupa al significado, que el segundo “lo que puedo hacer”, a diferencia del primero, es en realidad una pregunta:

  • 5. “Haré *qué pueda hacer” es agramatical
  • 6. “Veré qué puedo hacer” no lo es

Y la pregunta está genéticamente ligada a la declaración (el subjuntivo es incompatible con ella: “¿Qué *puedas hacer?”, y la respuesta a toda pregunta es una declaración). Luego es absolutamente evidente que las dos oraciones relativas, pese a su identidad formal, se refieren a algo completamente diferente.

Pero esto no puede ser todo, porque una oración independiente no puede explicar una subordinada. La interrogación debe ser solo un síntoma semántico de la razón que buscamos (y como veremos, así es). Continuemos la búsqueda por la siguiente cosa que llama la atención: los verbos que enmarcan las entidades, que también son diferentes. Es decir, busquemos una posible diferencia entre “hacer” algo y “ver” algo que pueda explicar la diferencia en el tratamiento modal de ese “algo”.

 

SEGUNDA PRUEBA: DIFERENTES ENMARQUES DE LAS ENTIDADES

¿Por qué el “algo” que haremos puede estar identificado (indicativo como en 7) o no identificado (subjuntivo como en 8) pero el “algo” que veremos se considera ya identificado (indicativo como en 9) y su no identificación suena tan sumamente chocante e inhabitual (subjuntivo como en 10)? Añado las ocurrencias que encuentro en una rápida búsqueda en Google:

  • 7. Haré lo que puedo hacer: 90.600 resultados.
  • 8. Haré lo que pueda hacer: 37.000 resultados
  • 9. Veré lo que puedo hacer: 34.100 resultados.
  • 10. Veré lo que pueda hacer: 5.110 resultados.

Y en este punto, quizá no sea una observación banal el hecho de que este rechazo a no identificar la cosa que puedo hacer en 10 aparece también en esta glosa aproximada en inglés (14):

  • 11. “I will do what I can do”: 13.600.000 resultados.
  • 12. “I will do whatever I can do“: 640.000 resultados.
  • 13. “I will see what I can do“: 11.100.000 resultados.
  • 14. “I will see whatever I can do”: 6 resultados (y no sé si son gramaticales).

Pues bien, ¿cuál es la diferencia entre “hacer/do” (7, 8, 11, 12) y “ver/see” (9, 10, 13, 14) que pueda justificar la diferente orientación del modo verbal? Glosando ambas declaraciones para nuestros adentros:

  • Cuando prometemos hacer lo que podamos hacer (8, 12), no estamos identificando qué podemos hacer (no estamos pensando en una sola respuesta a la pregunta ¿qué puedo hacer?). Al contrario, estamos refiriéndonos a cualquier posibilidad:

  ¿Qué puedo hacer? X, Y, Z… Pues bien, haré cualquiera de esas cosas, no importa qué cosa sea.

  • En cambio, cuando prometemos ver (en el sentido de pensar, estudiar, averiguar, decidir, determinar) lo que podemos hacer, estamos refiriéndonos a la cosa concreta y específica que vamos a decidir o averiguar, no a cualquier cosa que podamos hacer sin importar qué cosa sea. Porque sí importa qué cosa concreta sea: nos comprometemos a decidir, buscar y encontrar la respuesta correcta a la pregunta:

 ¿Qué puedo hacer? Respuesta final: X. Pues bien, eso es lo que intentaré ver/pensar/averiguar, la cosa que realmente puedo hacer, es decir, ese X concreto que todavía no sé pero que está ahí esperando que lo descubra.

 

PRUEBA ADICIONAL: DIFERENTES SIGNIFICADOS DEL ENMARQUE

¿Todavía no se aprecia claramente la diferencia? ¿Necesidad de poner otro clavo más en la estructura para fijarla? Pues un contraste más, que por contrastes no quede, esta vez usando el mismo verbo “ver” en dos diferentes sentidos:

  • 15. Veré lo que pueda ver (no sé qué es concretamente lo que podré ver, pero veré lo que pueda ver, sea lo que sea)
  • 16. Veré lo que puedo hacer (no sé qué es lo que yo puedo hacer, pero voy a descubrir exactamente eso: lo que puedo hacer)

Sí: “ver” no significa lo mismo en los dos casos: en 15 “ver” significa `percibir con la vista`, mientras que en 16 significa, como apuntábamos antes, `descubrir, pensar, meditar, averiguar`. Y parece claro que lo que la no-identificación, que casa perfectamente con la visión ocular, produce un monstruo en el caso de la búsqueda mental, como se aprecia perfectamente en 18:

  • 17. Veré cualquier cosa que pueda ver; no importa cuál sea la cosa, la veré.
  • 18. Pensaré cualquier cosa que pueda hacer; no importa cuál sea la cosa, la pensaré. ???

¿Realmente “Veré lo que puedo hacer” significa que trataré de decidir cualquier cosa, no importa qué, o más bien que trataré de decidir qué cosa concreta y determinada estoy realmente en condiciones finalmente de hacer? Pues eso es una de las múltiples formas de identificación lingüística que gobiernan el uso del modo en las cláusulas relativas. Y no hay otro modo de aprenderlo más que comprenderlo, porque las estructuras formales son idénticas, y por tanto la memorización asignificativa, tan querida en los casos complicados, es imposible de aplicar.

Y como a pensar solo se aprende pensando, he aquí un ejercicio de pensar:

 

CONCLUSIÓN

Sé perfectamente que esta larga y complicada explicación no es lo que quiere, ni merece, un estudiante de español, que preferiría una regla sencilla y mágica. El problema es que no hay una regla sencilla que sea mágica, ni una regla mágica que sea sencilla. O yo no la tengo.

La buena noticia en una gramática operativa es que puedes llegar a comprender de manera lógica todo uso de la forma aplicando siempre un solo significado y el mismo significado. La mala noticia es que esta aplicación obliga a aprender a razonar disciplinadamente a lo largo y ancho de los múltiples usos con una misma lógica lingüística.

En definitiva, que yo no daría esta explicación si pudiera evitarla. Que es precisamente lo que he estado haciendo en toda mi carrera profesional hasta que Nick me ha obligado a salir de mi confortable silencio a este respecto. Saludos, Nick.