Elena Abós, de quien me acuerdo, se acuerda de mí, después de tanto tiempo, y me cuenta y me pide:

Hola, José: ¿Cómo estás? No sé si te acuerdas de mí, de la Uni de Colonia. Lo primero, ¡me encanta la nueva página! Muchas gracias por poner todo este material a nuestra disposición. El consultorio es estupendo.  Sigo usando tu mapa operativo y voy teniendo las primeras generaciones que salen después de tres años con estas explicaciones, y tengo que decir que la diferencia es evidente. Incluso algunos han venido al final a decírmelo. No te digo nada nuevo, pero está claro que didácticamente funciona!!

Hay una cosita que no termino de poder explicarles bien. Con el término declaración ya no encuentro mucha resistencia, siempre lo acompaño con imágenes nítidas (ind) y borrosas (subj) y con algunos ejemplos en los que se ve clara la diferencia, y normalmente va bien. Pero cuando hablamos de matrices y me preguntan qué es una matriz, me cuesta responder sin entrar en demasiadas profundidades que los vuelva locos (como las que ofreces en tu artículo “el valor central del subjuntivo”). Y definiciones como “Una matriz es el SIGNIFICADO de la palabra o conjunto de palabras responsables de inducir el modo en una cláusula subordinada, se hagan estas palabras explícitas o no” creo que no me llevarían a ninguna parte con los estudiantes. A mí misma  me cuesta aceptar que la oración principal está ahí solamente para inducir el modo de la subordinada, tengo que luchar con una resistencia interna.

No me quiero enrollar mucho. Entonces, ¿tendrías a mano una definición de andar por casa para cuando me pregunten directamente qué es una matriz?  Algo para salir del paso sin mentir, pero sin meterme en berenjenales. Y si no, pues habrá que buscarla entre todos!! Un abrazo desde Colonia, Elena.

Me alegro, Elena, de que me hagas esta pregunta, porque me ha hecho pensar mucho. Aunque en mi práctica nunca me ha surgido este problema de definir formalmente el concepto de matriz para los estudiantes, entiendo que no es cuestión baladí. Es más, creo que tiene implicaciones muy importantes.

Tienes toda la razón del mundo en que la oración principal no “está ahí solamente para inducir el modo de la subordinada”. Decir eso es lo mismo que decir, como podemos leer estos días, que un virus está permanentemente intentando saltar de los animales a los humanos. Por supuesto, el virus no está nunca intentando nada, porque no tiene ni siquiera cerebro para procesar intenciones, pero en términos prácticos, para el observador el resultado es el mismo que si estuviera realmente intentándolo.  Es una manera (causal) muy humana de dar sentido a lo que pasa en el mundo sin necesidad de comprender la verdad verdadera. En el caso de las matrices, también es evidente que no están ahí con una intención particular de inducir nada, están ahí porque el hablante quiere decir lo que las matrices dicen y por eso las formula, pero desde la perspectiva del hablante que decide el modo del verbo que introducen (especialmente en los no-nativos, donde el proceso es consciente), la matriz realmente parece “actuar” como si determinara totalmente lo que puedo hacer o no hacer con el verbo subordinado. Me explico con un ejemplo.

Cuando un hablante empieza a decir “Creo que…” tiene que formular el verbo subordinado en indicativo de manera obligatoria, por ejemplo “Creo que lo sabe”. Así lo hace siempre el nativo, y así instruimos al estudiante a que lo haga. Y esto está muy por encima de la eventual voluntad del hablante de evitar la declaración de lo que está diciendo. Porque si quisiera hacer eso, tendría que elegir otra matriz, por ejemplo “es posible (que lo sepa)”, pero definitivamente no puede usar un subjuntivo por sí mismo, como “Creo que lo *sepa”, para restar efecto declarativo al “Creo”. Hay una lógica de la composición gramatical basada en el significado (no una “regencia” ciega) que permite, recomienda u obliga a un determinado modo, una lógica que el cerebro del hablante -más que el hablante mismo- respeta insconscientemnte porque el funcionamiento nativo del código no le permite hacer otra cosa.

Esta lógica es la base sobre la cual trabaja un estudiante, solo que conscientemente. No es necesario decirle que “Creo que” está ahí para inducir el indicativo, por supuesto. Pero sí hay que decirle que si elige libremente dar su opinión sobre algo con la fórmula “Creo que…”, el significado de esta fórmula implica y es señal para el oyente de que va a formular lo que sigue declarativamente (indicativo). Y se puede añadir, a discreción, que si lo que quiere es ser un poco menos contundente de lo que se es cuando se declara creer algo, que tiene un montón de alternativas para formularlo (cada una con su arquitectura y lógica lingüística propia): “Es posible + subj.”, “Quizás + subj./ind.”, “Me da la ligera impresión de que + ind.” etc. En otras palabras: la matriz no está ahí, realmente, para decidir nada, pero el trabajo del estudiante de español es aprender a decidir de acuerdo con la matriz que (por supuesto, libremente) haya decidido “envolver” una determinada idea.

A partir de tu pregunta he estado pensando mucho en cómo reducir esta definición técnica, y lo cierto es que no se me ha ocurrido nada mágico. Creo que decir un ápice menos de lo que dice la definición que citas sería mentir, aunque todo lo que dice se pueda ir administrando en secuencia y poco a poco. Otra cosa es identificar de manera práctica la matriz para empezar con la comprensión del proceso. En mi opinión, esta base se puede sentar analizando la relación entre la matriz y el predicado en cuestión: ¿es el predicado autónomo, o su interpretación modal depende de alguna palabra o conjunto de palabras en el mismo enunciado? (Y esto se aplica no solo a la subordinación sintáctica, sino también a los operadores.) En “Creen que ella viene”, “Ella viene” no es un predicado autónomo porque está presentado como la creencia de un sujeto; en “Probablemente ya lo saben / sepan”, “Ya lo saben / sepan” no lo es tampoco, porque está modificado modalmente por el operador “probablemente”. Si queremos que los estudiantes tomen la decisión acertada en la formulación del modo de los verbos subordinados usando sabiendo lo que hacen, eso incluye necesariamente entender la arquitectura interna de los enunciados. No sé si esta presentación serviría para una introducción absoluta al concepto, pero es hasta donde llego por ahora.

 

 

Yendo al grano: ¿una formulación simple de andar por clase, sin espejismos causales?  ¿Qué tal esto?

Una matriz es la parte de un enunciado que informa del modo (declarativo o no) en que se debe entender un predicado subordinado a ella.

Lo cual significa, para Jenny, básicamente, una sola responsabilidad: evita contradicciones modales entre el modo que implica lo que dices en la matriz y el verbo dependiente (entendiendo dependiente como el verbo que se interpreta en el marco de la matriz).

Si hay otra definición mejor, o simplemente diferente, déjese caer.  Puede ser bien aprovechada.