Esta es la historia de una recursividad. En concreto, la historia de cómo, a partir de la menos marcada de las formas verbales (el “presente” de indicativo), se puede llegar a obtener  todo un sistema verbal tan complejo como el del español mediante la simple excepción de uno de sus significados cada vez.

La idea de la presentación es que una imagen vale más que mil palabras, y si esta imagen se mueve y cambia y progresa y cuenta una historia, mejor. Por si una cosa es la idea y otra la realidad, que va a ser lo más probable, lo que aquí se ilustra brevemente se explica por extenso aquí (más bien en sus fundamentos) y aquí (más bien en sus consecuencias). (Aquí también, pero toda tesis doctoral es un poco desaconsejable).

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