Pregunta Beatriz sobre uno de esos usos “dislocados” con los que la gramática tradicional no puede hacer otra cosa que ponerlos a la cola de una lista de usos dislocados:

Buenos días:

Soy Beatriz y fui alumna tuya del máster de ELE en la UIMP. Espero que te encuentres muy bien. Te escribo porque estoy preparando una exposición sobre la aplicación de la Ling. Cognitiva al aula de español/L2 y me ha surgido una duda. En un artículo de 2007 hablas de tres movimientos de conciencia que todo profesor cognitivo ha de seguir. Mi pregunta está relacionada con el salto de la forma al significado. Como ejemplo, he puesto: “Ahora mismo le daba un beso sin pensármelo”. Como bien defiendes, la gramática no opera sobre la forma lingüística, sino que lo hace sobre el significado con el que el hablante usa esas formas en cada momento”. En el ejemplo, ‘daba’ está en el imperfecto. ¿Qué explicación puedo dar de este valor? No quiero caer en la típica lista de usos más propia de una perspectiva nocio-funcional que hable del valor de deseo como uno de los usos del imperfecto. Muchas gracias de antemano por tu tiempo.

Un cordial saludo.

Efectivamente, las tradicionales listas de usos describen, pero no explican. Sus dos defectos principales son la falta de operatividad (es decir, su incapacidad para ser interpretada en términos de regla) y su dimensión infinita.

Falta de operatividad, digo, porque si la pura descripción “el Imperfecto se usa para expresar deseo” la convertimos en la regla de operación que todo estudiante  espera, con razón, en una clase de lengua (“Usa el Imperfecto para expresar deseo”, en este caso), entonces podríamos expresar deseo de formas tan absurdas como “Mañana llovía, ojalá”, “¡Niño, dejabas ya la pelota tranquila!” o “Que lo pasabas muy bien en la fiesta de esta noche”. No, el Imperfecto no expresa deseo.

Y decía infinita porque, si el código de buenas prácticas gramaticales consiste en interpretar el enunciado entero y adjudicar su significado final a la pura forma aislada, entonces la lista de usos de cada forma verbal es virtualmente interminable: “Yo tenía un perrillo” (Imperfecto de nostalgia), “Me apretaban los zapatos” (Imperfecto de incomodidad), “No daban una” (Imperfecto de gramática de listas), etc.

No. El Imperfecto significa una cosa, solo una cosa y siempre la misma cosa. Y lo que esa cosa es se ve claramente en las correspondencias del “mapa operativo del sistema verbal” que yo desarrollaba (Imperfecto de trabajosa elaboración), por ejemplo, en este artículo.

Remito, pues, a ese texto para una visión pormenorizada del terreno que cubre el mapa. Pero a efectos estrictos de este aparentemente inexplicable uso del Imperfecto , dejo aquí reducido su significado a la siguiente regla de andar por clase que explica, sin más alharacas, el asunto:

“Una forma de ‘pasado’ usada en un contexto de ‘presente’ produce automáticamente un efecto de ficción”

Gráficamente, la “Ley de superposición” se ve así:

 

Con un ejemplo de cada una de las seis formas:

 

Esta explicación nos permite tres cosas:

  1. Clasificar el tradicionalmente inclasificable uso del Imperfecto en el presente-futuro como una manifestación particular más de un fenómeno perfectamente sistemático que afecta a todo el sistema verbal bajo una misma lógica.
  2. Comprender, dentro de esta lógica, cuál es la auténtica diferencia entre el uso del Imperfecto y el del resto de formas, que no es el significado de ficción o hipótesis (todas expresan ficción o hipótesis), sino el modo particularmente determinado en que el Imperfecto lo hace frente a ellas, que se debe al simple hecho de que el Imperfecto constituye una afirmación, mientras que el Condicional vehicula una predicción. Esa es la razón por la que todo hablante capta automáticamente una muy mayor determinación del hablante en b) frente a a).

a) Yo, en tu lugar, no lo llamaría.

b) Yo, en tu lugar, no lo llamaba.

3. Incluir esta lógica en una lógica universal: la lógica que expresa el “ley de superposición” es una lógica tan lógica en español que es la misma lógica que utiliza la lógica de lenguas como el italiano, el francés, el alemán o el inglés, que consiste en que usar un “pasado” para hablar de un espacio “presente” distancia lo dicho hacia el terreno de la ficción y la hipótesis:

 

De nuevo, para una idea de conjunto recomiendo echarle un vistazo al artículo citado. Pero de nuevo, también, para una regla de andar por clase lo dicho basta. Creo yo.

Gracias, Beatriz, por tu pregunta.