Eli Sears, profesor de español en Portland State University, se pregunta por qué “de ahí que” se comporta de manera tan diferente a “así que”, cuando ambos transportan significados aparentemente similares:

(…) Me interesa su perspectiva sobre la locución conjuntiva de ahí/aquí que y el subjuntivo en conexión con el valor no declarativo del subjuntivo y, claro, desde una perspectiva operativa. Parece que casi siempre se combina con el subjuntivo aunque en algunas ocasiones se encuentra con indicativo. Quizás por ser alguien que aprendió español de adulto, la diferencia entre esta locución adverbial consecutiva y otra se me escape:

“La situación es compleja y el resultado de múltiples causas, de ahí que la solución tampoco sea única.”

“La situación es compleja y el resultado de múltiples causas, así que la solución tampoco es única.”

¿Qué tiene de especial de ahí que para provocar el subjuntivo? ¿Será que de ahí que no es puramente consecutiva? ¿Se percibe como un motivo o finalidad?

Estoy convencido de que el subjuntivo siempre es lógico.

Le agradezco su tiempo.

Esta preocupación dista mucho de ser anecdótica. Una participante del Foro Didáctico del Instituto Cervantes, ante la evidencia de que la propia Nueva Gramática de la Lengua de la Real Academia incurría en contradicciones al caracterizar el uso de este “nexo”, hizo una consulta al departamento de “Español al día” y compartió allí la respuesta. En ella, además que confirmar que se usaba “esporádicamente” también con indicativo, la “autoridad” lingüística confesaba la perplejidad oficial sobre el tema:

Efectivamente resulta llamativo que se emplee el subjuntivo en estos casos, máxime teniendo en cuenta que otros nexos de igual valor en español seleccionan indicativo (así que…, Por lo que…). No podemos darle una explicación concluyente sobre este fenómeno, toda vez que los gramáticos de nuestro idioma no han alcanzado ningún tipo de acuerdo sobre el particular.

Si “de ahí que” es un quebradero de cabeza -un misterio insondable- para la visión tradicional del contraste indicativo/subjuntivo, también lo es para muchos de los que creen que la gramática es lógica e intentan aplicar la “teoría de la declaración”: ¿cómo es posible que “por eso” vaya seguido de indicativo (por eso se casaron) y “de ahí que” vaya seguido de subjuntivo (de ahí que se casaran), si en los dos casos estamos haciendo lo mismo, esto es, introduciendo la consecuencia de un hecho previamente declarado? Bueno, la solución es simple: no estamos haciendo lo mismo. En absoluto.

Como en el caso de la famosa pizza, el secreto está en la masa. Es decir, en la diferente base semántica que soporta cada construcción sintáctica y que me gusta llamar configuración. Es una pena que la realidad no sea más amable y considerada con nuestro consumo neuronal, pero para entender gramática no vale solo interpretar significados finales. Es imprescindible también, y sobre todo, analizar y dar sentido a las mecánicas que los producen. En el caso de estos dos modos de introducir las consecuencias de un hecho, las “configuraciones” que se articulan son completamente diferentes, y pueden ser gráficamente vistas así:

La diferencia se podría formular en términos familiares advirtiendo de que los nexos del tipo “por eso” son “coordinantes”, mientras que “de ahí que” es, en realidad, una matriz subordinante, concretamente de comentario (contexto 2-C del mapa desarrollado aquí). Esto explica que con los primeros siempre se use el indicativo y con el segundo normalmente el subjuntivo, pero también la identidad del efecto de “sobredeclaración” o declaración marcada que se consigue usando el indicativo con este:

Éramos muchos, de ahí que compré el grande.

También fue interesante que el hotel estaba muy cerca de la playa.

(En ambos casos el efecto es: ‘no hace falta que lo declare pero te lo declaro por si no lo sabías, para que lo sepas’)

Sé que puede desconcertar un poco el hecho de clasificar “de ahí que” en la misma categoría de comentario subordinado que matrices como “Me gusta que” o “Es extraño que” o “No me importa que”. ¿Pero qué estamos diciendo cuando decimos “de ahí”? ¿Qué significa “de ahí que”, en realidad? Vamos a glosarlo en cascada:

  1. Su madre era costurera. De ahí su interés por el diseño.
  2. Su madre era costurera. De ahí procede su interés por el diseño.
  3. Su madre era costurera. De ahí procede (el hecho de) que tenga interés por el diseño.
  4. El hecho de que tenga interés por el diseño procede del hecho de que su madre era costurera.

Es en la formulación número 4 donde probablemente se aprecia con mayor claridad el carácter de comentario de esta matriz. Especialmente si se compara con matrices más inmediatamente identificadas como comentarios (que viene a ser una extensión de lo que se aborda comúnmente como “expresión de sentimientos”, “valoraciones” o “reacciones”). Por ejemplo: dado el hecho de que una chica tenga interés por el diseño, ¿qué diferentes comentarios podríamos hacer a ese hecho? Aquí algunos:

 

Creo que es evidente: no hay diferencia alguna en términos de arquitectura conceptual (configuración) entre los comentarios 1 a 3 que tan fácilmente explicamos como inductores del subjuntivo y los comentarios 4 a 6 que, de diferentes formas, representan todos fielmente el significado que subyace a, y opera en, la locución “de ahí que”.

Y hasta aquí la reflexión a la que tan aficionados somos algunos. Para los que no lo sean pero tengan que ir a clase a orientar sobre el uso de los modos, en determinadas circunstancias (como por ejemplo en niveles bajos o con sílabos apretados) yo podría estar de acuerdo con aquel que opine que, a pesar de la belleza y utilidad de la lógica gramatical, en este caso va a seguir limitándose a proponer a sus estudiantes que esta matriz la asocien con el subjuntivo de memoria y punto. Porque en clase las explicaciones deben ser, además de convincentes, rentables en términos de coste/beneficios.

En otras circunstancias (como por ejemplo, niveles más altos o condiciones relajadas) yo nunca renunciaría, como no renuncio, al coste de un poco de reflexión por el beneficio de la interpretación y uso más nativos posible de la matriz. La memoria solo te dice “usa subjuntivo”. La compresión de esta matriz como una matriz de comentario te dice “usa subjuntivo para indicar que quieres presentar este hecho como conocido, lo sea o no” (como cuando decimos “Es interesante que estén hechos con bloques de sal”) y “usa indicativo para transmitir a tu interlocutor una voluntad de informar sobre ese hecho, sea nuevo o no” (como cuando decimos “Es interesante que están hechos con bloques de sal”). En otras palabras, ser capaces de dar entender que también el indicativo es posible, y apreciar el significado añadido de la aparente violación de la regla:

Tanto la Ley 675/01 como el Código de Policía protegen estas áreas en la propiedad horizontal, para que no sean alteradas por sus copropietarios. De ahí que ESTÁ prohibido en forma arbitraria cambiar ventanales, poner letreros, colgar ropa, poner aires acondicionados, realizar edificaciones o alterar en cualquier forma las fachadas internas y externas del edificio.

Es decir, extender a este nexo la lógica del uso del modo con matrices de comentario que probablemente se haya podido aprender en un estadio bastante incial. Aprendizaje significativo del significado gramatical, se podría decir. A menos que se me haya pasado algo importante.