7 May, 2020
Dejó dicho Milena Koleva aquí, a propósito de aquella discusión sobre si las “oraciones temporales” se podían explicar como “relativas de tiempo” con las mismas reglas que cualquier otra relativa (subjuntivo cuando no identificamos el antecedente -en este caso un momento-, indicativo cuando sí):
– Mañana a las 8 en punto voy a tu casa.
– Vale, perfecto. Y cuando vengas, nos tomamos un café y nos ponemos a trabajar.
Y con razón: ¿no habíamos quedado en que las cláusulas temporales son simples relativas (de tiempo) y por tanto la identificación del tiempo implicaría la necesidad del indicativo? Dos respuestas para las dos preguntas que hizo Milena y otra para otra que otra podría haber hecho:
He dicho, e insisto, en que una persona dice “cuando vengas, desayunamos” refiriéndose por ejemplo a las 7 de la mañana de mañana, en subjuntivo, porque no está en realidad interesada en identificar el momento real del desayuno con las 7, precisamente con ese momento y no con cualquier otro. No, léase otra vez: esta persona ha añadido el tiempo físico “7:00 AM” porque es la información que tiene como referencia, pero la prueba de que la persona proferidora no está identificando el desayuno con las 7, sino con la hora a la que llegue la otra persona, sea la hora que sea, es que si esa persona llega en realidad a las 7:10 o a las 6:55, el proferidor podrá acusar a la persona de impuntual por lo que le dijo de las 7, pero no tendrá argumentos para negarse a tomar el desayuno con esta persona aduciendo que le dijo “cuando llegues”.
“A las 7” y “cuando llegues” no significan lo mismo.
Tu sintagma contra el mío.
Efectivamente, “Cuando llegues te pongo un café” significa que condicionamos el momento del café al momento en que llegues (sin declarar el momento, es decir, sin identificarlo, sea cual sea). Podemos añadir, claro, que puesto que hemos quedado a las 7, ese momento puede ser las 7. Puede ser. Pero no es una coincidencia necesaria para que ‘ponerte el café’ se ejecute o no.
Por el contrario, “Cuando llegas, te pongo un café” significa que identificamos el momento del café con el momento en que declaramos que llegas (identificando el momento, es decir, ese momento y no cualquier otro). Esto suele ser interpretado como presente habitual, no futuro, solamente por la escandalosa inverosimilitud de que una persona esté planteando que puede declarar perfectamente a qué hora será la llegada de la otra persona y la ligue necesariamente a un momento físico concreto, y no a ningún otro. Nadie “sabe” realmente cuándo puede llegar el menda, y aunque lo supiera, sería absurdo hacer depender el café de la eventualidad que llegara en ese momento exacto.
En cualquier otro caso en que el hecho que se liga con el momento esté perfecta y nítidamente identificado como un momento preciso y no cualquier momento (es decir, en que se “sabe” con precisión cuándo pasará por ser un dato), la interpretación futura es prefectamente viable.
Más sobre esta bizarra particularidad del subjuntivo en la identificación de momentos futuros para mentes inquietas en esta entrada, o en la Sesión 6.4. de El Ventilador, del que añado esta explicación para mentes igualmente inquietas pero impacientes:
Gracias, Milena. Te debo todavía una explicación sobre la segunda pregunta que me hiciste. Será antes de que el viento airado cubra la espesa cumbre. Sea este momento cuando sea.
22 May, 2020 @ 3:57 pm
El único problema que veo en esta explicación, José, es que has hecho a mis protas madrugar una hora más de lo que sugería yo 🙂
Entiendo que por muy definido que sea el momento, al no formar parte de la experiencia del hablante, al no ser aún “un dato” como dices, la mente hispanohablante opta sistemáticamente por no pillarse los dedos con una declaración anticipada de algo que podría pasar. Porque en realidad el foco no está en el momento en sentido cronológico sino en el momento como espacio virtual de realización de la acción en cuestión. Y si pudiéramos visualizar la imagen mental que se crea en la cabeza de la hablante al decir esta frase, seguramente veríamos en primer plano a un hombre entrando por la puerta y no un reloj marcando las 8.
Respecto a los casos en los que sí se declara el momento, como nos recuerdan los recortes del Ventilador, se me ocurre una cosa: ya que estamos viendo las temporales como subordinadas de relativo, ¿podría ser interesante retomar también los viejos conceptos de “explicativa” y especificativa”? Porque entonces podríamos decir que las temporales explicativas usan el indicativo, ya que es lógico declarar cuando explicas/ justificas, y que las especificativas se usan con indicativo o subjuntivo según si identificas o no el antecedente.
1a. El hombre que consiga entenderte será un genio. (especificativa, antecedente no identificado)
1b. El hombre que conocerás mañana es un genio. (especificativa, antecedente identificado)
1c. Este hombre, que por cierto conocerás mañana, es un genio. (explicativa)
2a. Allí donde vayas, haz lo mismo que los demás. (especificativa, antecedente no identificado)
2b. Allí donde vas tú el próximo verano yo ya he estado muchas veces. (especificativa, antecedente identificado)
2c. En Malta, donde vas a estudiar inglés, hay muy buen vino. (explicativa)
3a. El día que / Cuando vayas a Yanokea, tráeme una estantería pequeña para el salón. (especificativa, antecedente no identificado)
3b. No te preocupes por el frío. En la época en que / Cuando tú vas/vas a ir/ irás, hace un tiempo maravilloso allí. (especificativa, antecedente identificado)
3c. Pues yo quiero ir a Yanokea el sábado, (por)que es cuando va/va a ir/irá Guada. (explicativa).
Bueno, a lo mejor es innecesario recurrir a metalenguaje de otras épocas, pero quizás a la gente con formación lingüística le resulte más claro el indicativo en 3b y 3c si ve el parentesco con los indicativos en 1 y 2.
Espero con ilusión la respuesta a mi segunda pregunta de aquella discusión.
23 May, 2020 @ 12:41 pm
Bueno, esta observación tuya bien merece un post para ella sola. Es una gran idea. Gracias por iluminar este asunto de una manera tan intuitiva y eficaz.