Dejó dicho Milena Koleva aquí, a propósito de aquella discusión sobre si las “oraciones temporales” se podían explicar como “relativas de tiempo” con las mismas reglas que cualquier otra relativa (subjuntivo cuando no identificamos el antecedente -en este caso un momento-, indicativo cuando sí):

Tengo una duda: ¿se podría decir lo siguiente y, en caso afirmativo, cómo se interpretaría?

– Mañana a las 8 en punto voy a tu casa.

– Vale, perfecto. Y cuando vengas, nos tomamos un café y nos ponemos a trabajar.

Y con razón: ¿no habíamos quedado en que las cláusulas temporales son simples relativas (de tiempo) y por tanto la identificación del tiempo implicaría la necesidad del indicativo? Dos respuestas para las dos preguntas que hizo Milena y otra para otra que otra podría haber hecho:

  1. ¿Se podría decir?
    No solo se podría decir, sino que es precisamente lo que se dice.
  2. ¿Cómo se interpretaría?
    Pues se interpretaría que se pondrán a trabajar a las 8, gracias a la indicación explícita de la hora solar, porque si por la cláusula en subjuntivo fuera, sería imposible saberlo (el subjuntivo sigue significando por sí mismo, sí, que no identificamos el momento).
  3. Vale, pero aún así, ¿cómo es que no se da, digamos, una concordancia del tipo: 'si el momento se identifica como ese momento, y no cualquier otro, indicativo, y si no, subjuntivo?'
    Lo cierto es que sí se da esta concordancia. Como necesito más espacio para esto, mejor salimos de la caja y te cuento.

He dicho, e insisto, en que una persona dice “cuando vengas, desayunamos” refiriéndose por ejemplo a las 7 de la mañana de mañana, en subjuntivo, porque no está en realidad interesada en identificar el momento real del desayuno con las 7, precisamente con ese momento y no con cualquier otro. No, léase otra vez: esta persona ha añadido el tiempo físico “7:00 AM” porque es la información que tiene como referencia, pero la prueba de que la persona proferidora no está identificando el desayuno con las 7, sino con la hora a la que llegue la otra persona, sea la hora que sea, es que si esa persona llega en realidad a las 7:10 o a las 6:55, el proferidor podrá acusar a la persona de impuntual por lo que le dijo de las 7, pero no tendrá argumentos para negarse a tomar el desayuno con esta persona aduciendo que le dijo “cuando llegues”.

“A las 7” y “cuando llegues” no significan lo mismo.

 

Tu sintagma contra el mío.

Efectivamente, “Cuando llegues te pongo un café” significa que condicionamos el momento del café al momento en que llegues (sin declarar el momento, es decir, sin identificarlo, sea cual sea). Podemos añadir, claro, que puesto que hemos quedado a las 7, ese momento puede ser las 7. Puede ser. Pero no es una coincidencia necesaria para que ‘ponerte el café’ se ejecute o no.

Por el contrario, “Cuando llegas, te pongo un café” significa que identificamos el momento del café con el momento en que declaramos que llegas (identificando el momento, es decir, ese momento y no cualquier otro). Esto suele ser interpretado como presente habitual, no futuro, solamente por la escandalosa inverosimilitud de que una persona esté planteando que puede declarar perfectamente a qué hora será la llegada de la otra persona y la ligue necesariamente a un momento físico concreto, y no a ningún otro. Nadie “sabe” realmente cuándo puede llegar el menda, y aunque lo supiera, sería absurdo hacer depender el café de la eventualidad que llegara en ese momento exacto.

En cualquier otro caso en que el hecho que se liga con el momento esté perfecta y nítidamente identificado como un momento preciso y no cualquier momento (es decir, en que se “sabe” con precisión cuándo pasará por ser un dato), la interpretación futura es prefectamente viable.

Pero un momento... ¿me estás diciendo que se puede usar 'cuando + indicativo' hablando del futuro?
Sí. Y no solo existe la posibilidad de usar el indicativo. A veces es la única opción. Mira la tabla siguente, fíjate en la diferencia entre la no identificación del primer enunciado y la identificación (forzosa) del segundo y podrás apreciar, por contraste, la suave ambigüedad de ese “cuando vengas”. En todo su esplendor gramatical.

Más sobre esta bizarra particularidad del subjuntivo en la identificación de momentos futuros para mentes inquietas en esta entrada, o en la Sesión 6.4. de El Ventilador, del que añado esta explicación para mentes igualmente inquietas pero impacientes:

Gracias, Milena. Te debo todavía una explicación sobre la segunda pregunta que me hiciste. Será antes de que el viento airado cubra la espesa cumbre. Sea este momento cuando sea.