25 July, 2018
Odio dar malas noticias, pero para aplicar la “teoría de la declaración” es imprescindible abandonar la interpretación holística (con lo natural que nos sale) por una cierta actitud analítica, y algo de asepsia en el manejo de los instrumentos conceptuales. La propuesta dice que, entendida técnicamente una declaración como “la expresión formal de lo que un sujeto sabe o piensa”,
- el indicativo representa una declaración del hecho que marca, y
- el subjuntivo representa una no-declaración de ese mismo hecho.
“Del hecho que marca” quiere decir que lo que se declara o no se declara es el predicado correspondiente al verbo que lleva el modo (indicativo o subjuntivo), no otro cualquiera, o el enunciado en general (lo cual sería, comprensiblemente, caótico). No parece una observación muy sofisticada, pero aún así es una rozadura extraordinariamente común entre los que prueban el método. Para no inventarme nada, cito una reflexión que encontré en la red hace un tiempo:
(…) Este curso de momento voy a seguir mi plan, pero en algún momento me gustaría presentar también el método cognitivo de José P. Ruiz Campillo “El subjuntivo es lógico“. Me parece muy bien presentado y me consta que a muchos les funcionan, pero a mí la distinción sobre la que se sustenta toda la explicación no me convence y, por lo tanto, no me atrevo a utilizarla. La distinción en cuestión es la que se establece entre “declaración” y “no declaración”. La explicación de qué es el indicativo dice así:
El indicativo significa una declaración. Y una declaración es lo que haces cuando quieres decir que sabes algo o piensas algo.
Vale, de acuerdo, pero es que no veo la diferencia entre “creo” y “no creo”, para mí en ambos casos el hablante declara lo que piensa, en un caso como probable y en el otro como improbable:
- Creo que vendrán a las 7.
- No creo que vengan a las 7.
Utilizando su propio ejemplo:
- Ya sé que Javi tiene novia. El hablante declara que tiene conocimiento de la relación entre Javi y una chica.
- No creo que Javi tenga novia. Según el autor, esto no es una declaración, pero para mí es una declaración en toda regla: el hablante afirma considerar improbable que el pobre Javi haya conseguido una relación.
- Es imposible que Javi tenga novia. Campillo afirma: “No quieres declarar que Javi tiene novia, porque no es tu opinión”. Claro que no, la opinión del hablante es la contraria y ésa es la que declara, la imposibilidad de la existencia de una relación entre Javi y una muchacha.
No sé, quizás lo estoy enfocando mal, pero no me acaba de entrar.
Pues sí, efectivamente: No creo o Es imposible son declaraciones tanto como lo son Ya sé o Creo. Por eso, precisamente, los verbos en todos estos casos (“creo” y “no creo”, “es imposible” y “sé”) van en indicativo. Sin embargo, lo que se discute no es si la matriz representa o no una declaración. Lo que se discute es si el significado de la matriz implica, o no, que el predicado subordinado es una declaración:
¿Interpretación holística y gramática? Agua y aceite.